Sintaxis.
Un hombre esperaba en la habitación
contigua, junto a la ventana sentado, apenas sin contenido la taza en su mano. Ella
no se apresuraba en otra habitación. Llegaron juntos. La mujer dejó escritos
los textos sobre la pared antes de salir al encuentro, sobre el alféizar sus
libros.
Un tamiz previo no había considerado
textos con pronombres. La tarea continuaba examinando las transcripciones para
eliminar, primero, preposiciones y artículos y después, tras leer el nuevo conjunto,
los adverbios. El método ordenaba entonces relacionar los sustantivos de cada
texto y los adjetivos y los verbos de los demás textos, y encontrar vínculos de
significación verosímiles, familiares, haciendo uso de preposiciones y
artículos pero de las conjunciones ya presentes en los textos. Las
combinaciones habían de producir al menos un texto inédito y, de ser así, la
tarea acababa. Sin embargo, si más de un texto inédito era producido, el método
ordenaba la composición de cuantos hubiera en uno solo, reemplazando o
eliminando preposiciones y artículos, pero eliminando las conjunciones; si el estado
de la tarea no mostraba aún asociaciones admisibles, el método permitía la
eliminación, no el reemplazo, de sustantivos, adjetivos y verbos. Finalmente,
el texto final tenía que determinar la justificación de un acto.
La mujer acabó la tarea y salió de
la habitación para reunirse con el hombre. En el corredor iluminado, frente a
ella, aquél a quien dejara esperando cerraba febril un puño alrededor de la
culata de un revólver, no muy diferente del que ella sostenía en la mano.
Otra tarea había observado el
hombre, otra sintaxis.