Mostrando entradas con la etiqueta Infiernos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Infiernos. Mostrar todas las entradas

lunes, 4 de agosto de 2025

Joachim Schwabing - When the dead ignore you.

 When the dead ignore you.


 When the dead ignore you. But they don't go away. There's no dishonor in the ignored warmth of ignored gratitude. You believe in silence, and thinking about the reason for the dead is equal to guilt. Responsible, then, you understand them, and their not speaking to you is the punishment. Willingly. Because you believe in will. Which is the problem.


Ⓒ Protegido.



viernes, 1 de marzo de 2024

Joachim Schwabing - El hechizo.

El hechizo.

Le temieron. 


 En la próspera aldea, cada pastor se obligaba en su rebaño, las campesinas sembraban y recolectaban en secreta deferencia, los herreros vigilaban la exactitud de los filos. 


 El hechicero se afligía en la reserva que le tendían quienes habitaban la aldea, en el andar sigiloso que se detenía en las esquinas de las casas, en cada bella sonrisa espontánea.

 

 Y partió. Cruzó las empalizadas a pie, en una mano las riendas del caballo que tiraba de la carreta. La cabaña donde había morado fue pronto esqueleto del fuego y el hechicero aún observaría el halo de las primeras altas llamas antes de girar en el sendero.


 Y fue después que los pastores descuidaron sus rebaños, que las mujeres demoraron el agua y la semilla y que los herreros comenzaron a creer en la herrumbre.


 Los habitantes de la aldea enunciaron la maldición del hechicero y el ocaso apretó el paso. Hoy, el lugar es un temblor y su penumbra y un hombre distante viste la dicha que su ausencia haya desatado.

——

© Protegido.


lunes, 3 de octubre de 2022

Joachim Schwabing - Las hojas del árbol.


Las hojas del árbol.


 Fue mamá. El cuerpo crucificado en lo alto del árbol.


 Desapareció. Papá me explicó que algunos árboles producen el líquido rojizo que de las hojas goteaba. Cuando llueve rojo por la greda, como durante estos días …


 Nada dije, nada sabía que podía decir, al comisario, a los gendarmes.


 Papá desapareció también y fuimos entonces yo y la casa y el árbol. El orfanato después. La hermana profesora velaba la burla ante mi explicación de los árboles que producen un líquido rojizo a causa de la greda en la lluvia.


 - Los árboles no sangran.

 ——

© Protegido.


martes, 31 de mayo de 2022

Joachim Schwabing − Vampiros.



Nueva obra de Joachim Schwabing, Vampiros. Descarga segura y gratuita en bubok.es - Vampiros - y en joachimschwabing.wordpress.com.


sábado, 14 de mayo de 2022

Joachim Schwabing - El sabor de la piedad.

 

El sabor de la piedad.


 El miedo mudó en alivio cuando el torturador descubrió al vampiro asomando el rostro entre las colgaduras. En su lecho de muerte había convocado a la criatura y ésta había acudido. La inmortalidad había acudido. 


 El vampiro habló o enumeró o describió los horrores cuyo ser ejecutador yacía allí agonizante. El alivio mudó en terror cuando comprendió que el vampiro no le evitaría la tierra y los insectos.


 - Ni lo has intentado. Qué podrías ofrecerme.


El brazo levantado, la mano contraída. 

——

© Protegido.

domingo, 10 de octubre de 2021

Joachim Schwabing - We all are vampires.


 We all are vampires.




  No mirror reflects us. The perception of our appearance is imaginary. Sunlight reveals our condition. We prefer darkness because, cloaked in gloom, we are persuaded by an impression of anticipated victory.

  And we are fond of blood, our own, which we exhaust in this egotism.

——

© Protegido.



sábado, 7 de agosto de 2021

Joachim Schwabing - Cadáveres crecer.


Cadáveres crecer.

 

 Creo que no se ha repetido. El sueño. 

 

 Las palabras que voy a escribir son …, quiero decir, … Ya están desleídas las imágenes, sé. La transcripción que sigue es falsa, como toda transcripción. Mi autoindulgencia esbozó que la distinguiera aproximación y que lo intentara.

 

 Los camiones alcanzan el campo de plantación. 

 

 De los vehículos descienden, sonrientes, niñas y niños que, apresurándose, acceden al recinto.

 

 Los camiones parten.

 

 Tras las rejas tras los cristales en las ventanas, oleosas cabezas de cadáveres aún sonríen. Observan los vehículos.

 

 Los camiones regresan.  

 

 Ya recolectada, cargan la añada. 

 

 Muchas veces he reescrito el texto. Desasosegado, me detengo ahora. Continuaría considerándolo, hasta que el sueño fuera una palabra sola que sólo yo entendiera. Si palabra.

 

 Es todo.

 

——

 

© Protegido.