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lunes, 6 de abril de 2020

Albert Sans - La casa en el valle.


 Texto inédito del escritor Albert Sans, La casa en el valle.

 Publicado en el blog albertsansblog@wordpress.com con su expresa aprobación; promocionado por mí en este blog por su obvio desconocimiento.

 Y ya que estoy ...

Obras de Albert Sans aparecidas en bubok.es, español.free-e-books.net y lulu.com:

Los faros iluminaban
Andante moderato
Hostil 
George C. de Lantenac
Humedad y orín
Narración del tiempo
Cerrado
Corpus en exégesis trina


miércoles, 28 de agosto de 2019

Joachim Schwabing - Acunar los crujidos.


Nueva obra de Joachim Schwabing: Acunar los crujidos.



El autor la ofrece de forma gratuita en los siguientes enlaces:

https://espanol.free-ebooks.net/ebook/Acunar-los-crujidos

https://www.bubok.es/libros/260943/Acunar-los-crujidos

joaquinplana.wordpress.com


sábado, 27 de julio de 2019

Joachim Schwabing - Eikasia.


Eikasia.

 La piedra, la roca, concebía constante el rumor; los haces de luz se ordenaban en él, ordenando los muros a su vez. 
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© Protegido.

domingo, 21 de julio de 2019

Joachim Schwabing - El legado.



El legado.


El hombre ocupaba un breve espacio en el inicio del corredor, tras él la escalera que allí le encaminara. Observaba el muro al fondo, las paredes y sus puertas; éstas se abrían para dar paso a quienes, tras cruzar el corredor, otras puertas abrían y cerraban.

El hombre se dirigió a una de las puertas que acababa de cerrarse y en su medida halló los trazos y los colores que la dibujaban y pintaban sobre la pared. Mientras se alejaba para alcanzar otra puerta que se había abierto y cerrado, la puerta dibujada y pintada sobre la pared dejó de estarlo para permitir de nuevo el paso. Ya junto a la segunda puerta, también sólo halló trazo y color.

El hombre retrocedió hasta el lugar que antes ocupara y observó las puertas. No podía llamar en su madera, vuelta cemento en su proximidad. Y no podía hablar con quienes salían desde las puertas porque no podía llamar en ellas.

El hombre se giró y, tras descender por la escalera, salió del edificio.

Volvería, no obstante.

Fue así que comenzó a poder recordar los rostros que aparecían en el corredor y que pudo fijar un patrón de apariciones y desapariciones. Fue así que halló en el patrón el plano de su inaccesibilidad.

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© Protegido.


miércoles, 22 de mayo de 2019

Joachim Schwabing - Sintaxis.



Sintaxis.

 Un hombre esperaba en la habitación contigua, junto a la ventana sentado, apenas sin contenido la taza en su mano. Ella no se apresuraba en otra habitación. Llegaron juntos. La mujer dejó escritos los textos sobre la pared antes de salir al encuentro, sobre el alféizar sus libros. 

 Un tamiz previo no había considerado textos con pronombres. La tarea continuaba examinando las transcripciones para eliminar, primero, preposiciones y artículos y después, tras leer el nuevo conjunto, los adverbios. El método ordenaba entonces relacionar los sustantivos de cada texto y los adjetivos y los verbos de los demás textos, y encontrar vínculos de significación verosímiles, familiares, haciendo uso de preposiciones y artículos pero de las conjunciones ya presentes en los textos. Las combinaciones habían de producir al menos un texto inédito y, de ser así, la tarea acababa. Sin embargo, si más de un texto inédito era producido, el método ordenaba la composición de cuantos hubiera en uno solo, reemplazando o eliminando preposiciones y artículos, pero eliminando las conjunciones; si el estado de la tarea no mostraba aún asociaciones admisibles, el método permitía la eliminación, no el reemplazo, de sustantivos, adjetivos y verbos. Finalmente, el texto final tenía que determinar la justificación de un acto.

 La mujer acabó la tarea y salió de la habitación para reunirse con el hombre. En el corredor iluminado, frente a ella, aquél a quien dejara esperando cerraba febril un puño alrededor de la culata de un revólver, no muy diferente del que ella sostenía en la mano.

 Otra tarea había observado el hombre, otra sintaxis.

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© Protegido.



viernes, 26 de octubre de 2018

Joachim Schwabing - La oscuridad y sus lobos.




La oscuridad y sus lobos.

 Ascendía por las escaleras sosteniendo la última caja entre las palmas de las manos. Pensó en un color. Alcanzó la entreabierta puerta del apartamento, cruzó su umbral y la empujó tras de sí sin dejar de caminar. De vuelta en la habitación, recordó el color y lo desechó. Observó las cajas apiladas contra las paredes. Apenas se puso de puntillas para alcanzar el vacío rectangular que la nueva caja llenaría. Vacía también. No la única, mas sí la última.

 Se tendió en el suelo entre las elevaciones de madera. Una paciencia imaginó aquella variación cromática en la cual se complicaba la nueva caja, como si pensada. Giraba la cabeza entre una y otra pared. Las cajas contenían cuanto hubiera ocupado esas habitaciones que ya resonaban huecas o resonantes a la voz, a los pasos. También todo aquello que no vistiera en esas horas pertenecía ya a las cajas. Los gendarmes aún tardarían en llegar para pretender detenerla, primero, y arrojarla a las calles, después. 

 Desde el suelo, observando cada caja, procuró recordar contenidos. Erraría, mas no lo supo; la certeza fue la consecuencia última y la causa primera de aquella disposición o sistema. Aquél por quien se había inclinado a iluminar el desamparo de lo deshumano, había impuesto no conservar lo recibido, lo producido, lo logrado en el tiempo de esa coexistencia que tanto había tardado en agotarse. Cuando los gendarmes penetraran en el apartamento y la llamaran y la encontraran, ella no se pondría en pie y se dejaría prender y respondería a preguntas si preguntas se producían. La orden impresa se adhería a la puerta de entrada de ese espacio donde alguna vez reverberara la risa incompleta de una niña. Una copia de esa orden conservaba ella en un bolsillo.

 Fueron las horas contadas y los gendarmes aparecieron y la llamaron y la encontraron; imaginando la autoridad que no podían poseer, la pusieron en pie y sus muñecas sujetaron a su espalda. No agotaron el asombro en las palabras de los comentarios sobre la escena de la casa vaciada y de la habitación del castillo de piezas de colores. No preguntaron; no obstante, ella respondió que una niña jugaba a ser la princesa de ese castillo. No alcanzaron el cuidado porque no calcularon el tiempo verbal. Ahítos de presencias, fue así que no repararon en otras preguntas.

 La llevaron fuera. Fuera deshicieron la breve captura, fuera la abandonaron, o la conminaron, y fuera se alejó.

 Volvieron a buscarla, sin embargo; la hallaron, cerca, entre los árboles y contra uno de ellos encogida. Como en espera. También en espera la encerraron. En la celda escasa se cumplió la dilación en la aparición de aquél por quien se había inclinado a iluminar el desamparo de lo deshumano. Preguntaría por la niña que había reverberado su risa en aquel espacio sellado aún por una orden en papel.

- No está con tus padres.

- No.

¿ Dónde está ?

- En el castillo. En sus aposentos, donde las princesas se guardan de la oscuridad y sus lobos.

 Y dentro de una de las piezas del castillo de colores encontraron a la princesa. Envuelta en un vestido real, blandamente amortajada en su propio vómito. Y la mujer iluminada por el desamparo de lo deshumano fue recluida para no volver a caminar fuera de una cárcel y de su hospital. Porque unas solicitud recibió de no conservar lo recibido, lo producido, lo logrado. Porque todo lo entregó. Porque fue señalada responsable de la ingestión del veneno por quienes creían en la individualidad de los actos, de las acciones. O en su discontinuidad. Por quienes creían en que el amparo no es una poética. Pero nadie está a salvo de esa otra poética del desamparo: la venganza o el rencor existieron nombrados para así clasificar a la mujer tan sólo, pues donde todo se corresponde en una determinación, todo se precisa en todo.

 La matemática entregó la cuenta exacta de una solicitud. Otra matemática fue el reproche de la cárcel y del hospital. Sola injusticia.



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© Protegido. 

lunes, 24 de septiembre de 2018

Joachim Schwabing - Consanguinidad.




Consanguinidad.

                                                                                                                              
 Era siempre uno. Un espectro. Cada vez. Las visitas diferenciaban la división de los días, mas nunca la del sueño. El hombre creyó primero que súbitos se revelaban; mas en una inusual espera halló que, acaso intangibles, algún hábito o memoria guiaban hasta la puerta de la habitación y en otra inercia su umbral transponían. Unos nunca desambiguaban la figura erguida; brevemente recorrían la estancia y regresaban a la puerta, donde no se demoraban. Otras representaban empujar hasta el ventanal un imaginado sillón, para detenerse después y alterar entonces el contorno hasta aparecer en aquél sentadas.

 El hombre sólo encontraba a los espectros en una habitación. Apenas insinuó su noticia a quienes con él habitaban la casa. Otros espectros fueron y serían percibidos por los demás residentes, quienes a su vez apenas insinuarían su noticia. Los habitantes de la casa creyeron que no eran observados por los espectros. Creencia equivalente fue la de los espectros; para éstos, eran los habitantes espectros, diferentes, siempre, en la impresión de uno solo.

 Más disposiciones compartieron habitantes y espectros: la ausencia del asombro, o del desconcierto, ante los visitantes. O la esperanza.

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© Protegido.



lunes, 16 de abril de 2018

George C. de Lantenac - Spinoza.

George C. de Lantenac – Spinoza.

Spinoza.
El muchacho entró en la cámara y se detuvo. Habló, sin volver a dejar cerrado el portón.
– ¿ Me ha reclamado ?
El anciano, en pie, ante la luna del mueble, ofrecía un perfil al recién llegado.
– Has cambiado – le respondió, atento a la imagen ante él -.
—-
George C. de Lantenac, Spinoza, obra desconocida. Texto completo. Se reproduce con el expreso consentimiento del traductor del mismo al Español, Albert Sans.

miércoles, 5 de julio de 2017

Joaquín C. Plana - Cueva de Ilotas Exánimes.


 Cueva de Ilotas Exánimes, nueva publicación en formato e-book. 
 Recoge los textos clasificados como Imaginen ... en el blog joaquinplana.wordpress.com ...


Descarga gratuita y segura en estos enlaces:

bubok.es/libros/251852/Cueva-de-Ilotas-Exanimes
espanol.free-ebooks.net/ebook/Cueva-de-Ilotas-Exanimes
lulu.com/shop/joaquín-c-plana/cueva-de-ilotas-exánimes/ebook/product-23241026.html



sábado, 1 de julio de 2017

Albert Sans - Hostil.



 Nueva obra narrativa de Albert Sans: Hostil.





 Descarga gratuita y segura en los siguientes enlaces:

 bubok.es/libros/251860/Hostil

 espanol.free-ebooks.net/ebook/Hostil



viernes, 3 de marzo de 2017

Epidemiología de Sevilla: publicación de la obra completa.


Nueva obra publicada en formato e-book.


Descarga gratuita:
bubok.es/autores/jcplana

 bubok.es/libros/250680/Epidemiologia-de-Sevilla
 espanol.free-ebooks.net/ebook/Epidemiologia-de-Sevilla

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Joaquín C. Plana - Consolación de Anaideia.


Necropsia a Hidalgo filicida.





Descarga gratuita:


bubok.es/libros/249349/Consolacion-de-Anaideia

espanol.free-ebooks.net/ebook/Consolacion-de-Anaideia

lulu.com/shop/joaquín-c-plana/consolación-de-anaideia/ebook/product-22921814.html

miércoles, 9 de marzo de 2016

E-book con los textos de este blog ...

Hola. He publicado en formato e-book los textos anti-tauromáquicos publicados en este blog.

Hi. I've published an e-book that contains this blog against-bullfighting texts.


TORTURADERO.
Torturadero.1.jpg
Descarga gratuita en: bubok.es/libros/245857/Torturadero

Free download: bubok.es/libros/245857/Torturadero


:)