lunes, 23 de agosto de 2021

Joaquín C. Plana - Siste, viator.


 Siste, viator - Nueva obra de Joaquín C. Plana. 




Volumen VI de la serie Imaginen …

Descarga segura y gratuita en los siguientes enlaces:

https://www.bubok.com.ar/libros/267894/Siste-viator

https://www.tuslibros.com/ebook/Siste-viator



lunes, 9 de agosto de 2021

Joaquín Plana - Imaginen … crepúsculos.

 No sé evitar la imagen. 


 Camináis entre tumbas. 


 Un rumor os alcanza desde más allá de una losa no sellada.


 Una satisfacción temerosa.


 Una deshonra consentís: sellaríais vuestra losa. 


 Contemplaríais el envés del mármol. Estricto resumen de vuestra andadura.


 Habitáis crepúsculos.



sábado, 7 de agosto de 2021

Joachim Schwabing - Cadáveres crecer.


Cadáveres crecer.

 

 Creo que no se ha repetido. El sueño. 

 

 Las palabras que voy a escribir son …, quiero decir, … Ya están desleídas las imágenes, sé. La transcripción que sigue es falsa, como toda transcripción. Mi autoindulgencia esbozó que la distinguiera aproximación y que lo intentara.

 

 Los camiones alcanzan el campo de plantación. 

 

 De los vehículos descienden, sonrientes, niñas y niños que, apresurándose, acceden al recinto.

 

 Los camiones parten.

 

 Tras las rejas tras los cristales en las ventanas, oleosas cabezas de cadáveres aún sonríen. Observan los vehículos.

 

 Los camiones regresan.  

 

 Ya recolectada, cargan la añada. 

 

 Muchas veces he reescrito el texto. Desasosegado, me detengo ahora. Continuaría considerándolo, hasta que el sueño fuera una palabra sola que sólo yo entendiera. Si palabra.

 

 Es todo.

 

——

 

© Protegido.


 

sábado, 17 de julio de 2021

Albert Sans - Una tragedia de Sófocles.


 Una tragedia de Sófocles.


 

 Es una tragedia de Sófocles. No hay elección de la acción de nacer; el hambre, ya nacido, sola, urge la permanencia y su perseverancia. 

 

 Además, en la estricta determinación aconteciente, no hay elección de la condición cuya manifestación última es dejar de respirar. Ni resignación o indocilidad en la imposible pasividad-actividad. 



——


© Protegido.


domingo, 30 de mayo de 2021

Joaquín C. Plana - Imaginen ... este perfil de aire.

  

La voz llega desde lejos, nítida, sin embargo, en la relajada pronunciación. 

 - El título ya te lo dice … Ocnos … ¡ Maricón !


 La voz termina, no las resonancias, pues son anteriores al profesor de quien proviene y que son un triunfo sobre él y su ficción de lo inédito o propio.


 Imaginen …


sábado, 22 de mayo de 2021

Albert Sans - El consuelo.

 

El consuelo.

 Apenas víctima, pues la nuca no expuso a la cuchilla. Fueron la súplica y las monedas. Y fue un compromiso en su nombre cerrado. Después, la mujer tuvo un ruego y en una sonrisa desconocida fue aceptado: podría ocultar los cabellos bajo la capucha. 


 Escrupulosa, la mujer operaría el ingenio y acompañaría la postrera conciencia de las cabezas en el consuelo imposible de una caricia.


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© Protegido.


jueves, 6 de mayo de 2021

Albert Sans - El libro y el lector.

 

El libro y el lector.

 

 El hombre no sobreviviría a la noche. En otra luz le hallarían; el desconcierto del hábito mudado ascendería las escaleras junto a la superstición o su aprensión dispuesta a confirmarse. Frente a él, una página apenas descansaba sobre las otras, aleteada por la corriente de aire que conmovía además la llama en el candil; sólo sombras discontinuamente restaurando la respiración desde la cabeza derrumbaba sobre el pecho.

 

 Cuando el hombre alcanzó la estancia, ordenó subir el recipiente con aceite que descansaba sobre la mancha pintada en el alféizar del tragaluz. Crujía la mecha en el fuego; apenas el crepúsculo se anunció, a la vez completado y dando comienzo a los jirones, una mano desplazó un cristal. Detenido, embelleció el espejismo ribeteando los tejados de las casas, sus chimeneas resaltando la ausencia de bruma. Una inquietud sostenía su constante en el hombre en pie, apoyadas las manos a ambos lados del marco de madera; abajo, ya las esquinas impedían descifrar las siluetas. Desde allí, más pequeñas las manos sobre el alféizar, vigilaría la aparición de la figura de su madre derramándose sobre la piedra del pasaje. Nunca hubo regresado tras la puesta del sol; el niño solo dejaría de correr para recibirla, por los crujidos tras las pisadas desde las escaleras aún emplazado. La mujer entraba en el aposento y recibía la mirada buscada del hijo; desde su asiento, percibía cada vez el olor a madera quemándose en las ropas, albergado apenas estuvo tras los muros; vestía también un frío extrañado que inclinaba postponer las preguntas y que dejaba al alejarse junto a las respuestas. La puerta cerrándose agitaba los brazos del demon del fuego en aquel mismo candil y exponía que la penumbra de la estancia era un abandono del crepúsculo articulado. Los hijos honraron a la mujer en esa aparición, en la percepción de presente y de recuerdo. El espacio que ocupaba sus noches sería medido en esa substantividad. Sin diferenciaciones el espacio, uno. Donde la imagen de la permanencia era inasible, la impronta de la eternidad moderaba toda aprehensión. 

 

 Era la soledad imposible así. Imposturas el libro y el ventanal, sólo. Seducción de la distancia. Fetiche el medio, el material, agente o condición de adecuación. A la moral por la física. Su aparición comenzó en las palabras que les dieron relieve; en la sensibilidad se hicieron graves y el ánima precipitó en el nombre. Entonces el tacto, la mirada, devino espera y anticipación y el desengaño no fue en las nuevas esperas. Y era de este modo la soledad temida, no en la sospecha, mas en la certidumbre del mecanismo de la conjuración. 

 

 Los estertores siguieron a la somnolencia. Lo soñado fue el presente, su sincronicidad denunciando la memoria o tiempo. El castillo rodeado, los arcos que disparan las flechas con el fuego, las hachas que arrojan desde las troneras quienes entran, los soldados desplomándose en el foso. Los jinetes se aproximan desde el valle y están en la retaguardia de los rebeldes y las espadas degüellan desde atrás y empujan y arrastran a los soldados hasta los perros y los perros comienzan a devorarlos vivos y dan tirones a la carne y los aullidos de los hombres cesan y, muertos, los terminan de devorar. El juicio a los traidores y la traición, su padre de un lado y del otro y su cuerpo colgando del cuello y los meses de restauración y la paz. 

 

 Y el tiempo fue la llama y la madre.

 

 

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© Protegido.